domingo, 22 de julio de 2012

Campus virtuales, aulas virtuales en proyectos de formación continua

Son diversas las concepciones y los usos que en la actualidad, por considerarse “de moda”, se les da a los campus virtuales. Inclusive existe cierta confusión entre aulas virtuales y campus virtuales.
Leyendo y buscando material para el armado de un artículo que estoy preparando sobre entornos virtuales, me he encontrado con este material, extraído del  texto de Mariluz Cacheiro1 acerca de este tema:
 “El Estudio de un Campus Virtual ha sido desarrollado por Fundesco, Telefónica y Enred Consultores. Se trata de un Informe denominado "Teleformación: un paso en el camino de la formación continua" en el que reflejan los resultados del proyecto sobre Bases para la creación de un campus virtual para la formación continua. Este proyecto se enmarca dentro de las Acciones complementarias y de acompañamiento a la formación de Forcem. El proyecto ha sido desarrollado a lo largo de dos ejes de acción:
  1. Identificación de ocupaciones y, dentro de éstas, las realizaciones profesionales para las que es adecuada la teleformación;
  2. Estudio y contraste práctico de algunos modelos de teleeducación y teleformación. (Fundesco, 1998).
En este estudio se ofrecen claves para el desarrollo de servicios de teleformación a través de la construcción de una Pirámide de las necesidades a satisfacer desde la base teórica del alumno.




Pirámide para el desarrollo de servicios de teleformación
La primera clave es enfocar los modelos que se desarrollen hacia
(a) la flexibilidad en la gestión de los tiempos para formarse;
(b) la flexibilidad en el acceso desde distintas ubicaciones y
(c) la flexibilidad para acceder al nivel de conocimientos del que cada formando parte.
La segunda clave es tener en cuenta las necesidades de los formadores, que deben ser parte activa de la definición de los modelos y recibir formación adecuada en el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
La tercera clave es el establecer mecanismos de control que garanticen que la formación realmente se produce. Para ello hay que apoyarse en las posibilidades que brinda la tecnología, las interacciones asíncronas y síncronas (incluidas las presenciales), los ejercicios de evaluación, etc.
La cuarta clave es la participación de promotores/gestores de formación en los modelos de teleformación, planteando elementos de avance que aseguren cada paso dado.
La quinta clave es la creación de contenidos de calidad y en particular, aprovechar las potencialidades que ofrece para "aprender haciendo" a través de las simulaciones, el intercambio de experiencias, el acceso a información de interés en las redes, los espacios electrónicos de encuentro lúdico.
La sexta clave es potenciar los elementos de interacción de los alumnos entre sí, de los formadores entre sí, y de los unos con los otros.
La séptima clave es la utilización de tecnologías estandarizadas y maduras en los servicios de teleformación.
Este modelo incluye Criterios de gran utilidad para la introducción de sistemas telemáticos aplicados a la formación.
Organización de Experiencias Piloto de Teleformación
Las grandes fases para el desarrollo de una experiencia de teleformación (DGTel: 1996:5-7) son las siguientes:
Fase 0: Análisis Viabilidad
Selección tipo de Proyecto: autoestudio, videoconferencia, etc.
Fase 1: Concepción del Curso
Estructura y Diseño de contenidos.
Fase 2: Infraestructuras
·         Técnica.- Planificación de Mantenimiento.
·         Recursos Humanos.- Formación de profesores y tutores.
Fase 3: Gestión
Gestión durante la impartición del curso.
Fase 4: Desarrollo
·         Familiarización tecnológica.
·         Seguimiento del aprovechamiento del curso por parte de los alumnos.
La participación en una experiencia piloto de teleformación debe ser valorada desde distintos puntos de vista: usuario, diseñador de contenidos, estrategia pedagógica, proveedor del servicio on-line, etc.
Nos encontramos pues con un engranaje en el que, como ocurre normalmente, todas las piezas deben funcionar bien para obtener los resultados esperados.
Conclusiones
Son muchos los proyectos, experiencias y cursos de teleformación en España, Europa y a nivel internacional. Las tecnologías ofrecen cada vez más posibilidades que podemos ir adaptando al campo educativo y de la formación.
La telemática acerca a los distintos actores que participan en el proceso de enseñanza-aprendizaje: expertos, tutores, docentes, alumnos, investigadores y los hace partícipes de un equipo de trabajo virtual.
Por su parte la formación demanda requisitos e indicadores para el diseño de los distintos elementos que constituyen el proceso didáctico a través de Internet; satisfacer las necesidades de los distintos grupos de usuarios, contenidos, metodología didáctica y escenarios de aprendizaje.
A diferencia de los medios off-line, con la teleformación contamos con un entorno similar al presencial a nivel de interacción, ya que podemos establecer una comunicación, incluso visual por video-conferencia, con los distintos actores del proceso formativo.
Además, hay otros elementos innovadores de la teleformación como es la posibilidad de adaptación continua de contenidos y actividades en función de la marcha del proceso de aprendizaje y necesidades del alumno o grupo de alumnos.
Es necesaria una estrecha colaboración entre las distintas instituciones educativas en la línea de extender y difundir las buenas prácticas a nivel regional, nacional, europeo e internacional a través de los distintos medios al alcance de la sociedad favoreciendo así la progresiva incorporación crítica de las posibilidades de la formación basada en Internet.   

1. Tomado del libro Cursos de Postgrado en Informática Educativa 1996-1999, Capítulo 5: "Teleformación a través de Internet. Una nueva modalidad de Aprendizaje Multimedia". Mariluz Cacheiro González (1998). UNED

miércoles, 11 de julio de 2012

Entornos virtuales colaborativos para el aprendizaje (II)

Hace unos meses atrás escribía una entrada titulada Entornos virtuales colaborativos para el aprendizaje, allí dejaba como interrogante: acerca de si  los entornos virtuales o LMS que habitualmente utilizamos en los ámbitos educativos formales, son propicios para desarrollar proyectos colaborativos
Y retomo este tema pues en estos últimos días coincidieron  una serie de artículos, que han dado al debate, sobre LMS y redes sociales: ¿LMS o redes sociales? ¿LMS y redes sociales o redes sociales integradas a los LMS?

Comparto entonces dos artículos que me resultaron de interés y que han traído al debate un LMS, quizás el más "popular" ´por su utilización en educación formal, que es el entorno Moodle.

De la lectura y análisis, coincido en que en las redes sociales el aprendizaje llegue a resultar "más natural", dado que podrían considerarse como espacios sociales  propicios para el aprendizaje.
Las redes sociales "las construimos" y "nos construyen" en un contexto social, y más informal. Asi, el aprendizaje social no consiste en forzar a la participación en comunidades de práctica como parte de la enseñanza formal, sino en alentar a  que los estudiantes construyan sus propios espacios para ayudarse y apoyarse entre sí de manera más informal en proceso de aprendizaje.

 Sin embargo, agregaría que sin una acción pedagógica adecuada que los convierta en aunténticos entornos educativos, no aseguraría que pueda darse un aprendizaje significativo. Me surge entonces una nueva pregunta: ¿Debe el diseño instruccional incluirse en entornos más flexibles como redes sociales?  ¿Qué ocurre con las actividades de compartir y de colaboración propios de entornos de la web social?

domingo, 1 de julio de 2012

Calidad y evaluación de los aprendizajes: ¿es posible contemplar el software social?

El próximo 5 de julio, en el marco del Encuentro Internacional de Educación 2012- 2013: ¿Cómo debería ser la educación del siglo XXI? que se está desarrollo desde comienzos de mayo, tendrá lugar el debate a cargo de Miguel Zapata : "Calidad y evaluación de aprendizajes en la sociedad del conocimiento. La gestión del aprendizaje en la web social"

Aquí una presentación a modo de introducción, y donde nos plantea una serie de interrogantes para reflexionar y llevar al debate:

  • ¿LMS y redes sociales o redes sociales integradas a los LMS?
  • ¿Debe el diseño instruccional incluirse en la web social, es decir, incluir actividades y evaluaciones en redes sociales?
  • ¿Existe un tratamiento específico del software social en los entornos educativos, además de un diseño tecnológico que integre los atributos tales como compartir y colaborar, propios de la web social?